
Bienvenida a mi espacio, soy Carlos, terapeuta holístico...
…Y al igual que tú, hubo un momento en mi vida en el que no sentía mi razón de vivir.
La depresión llenaba mis días sin que yo fuese consciente de ello, no tenía un propósito que me motivara a salir a la calle a comerme el mundo, ni tan siquiera a disfrutar de las pequeñas cosas.
A continuación, te regalo una parte de mi historia para enseñarte cómo llegué a crear mi propio programa de kinesiología emocional, la herramienta que me devolvió la vida.
«Toda vida tiene un punto de partida, un momento clave que marca el inicio de un camino lleno de aprendizajes y transformaciones»
Cuando tenía tan sólo 7 añitos, tuve un accidente con mi madre en una playa de la Costa Brava. Fuimos en familia con mis tíos y mi prima.
Estaba jugando en la orilla junto a unas rocas, apenas el agua me llegaba a la cintura, cuando de repente una corriente trató de absorberme hacia el fondo. Mi madre se lanzó para ayudarme a salir de allí, pero desafortunadamente comenzamos a ahogarnos los dos.
Perdí el conocimiento por unos minutos, o tal vez estuve muerto, no lo sé. Tan sólo tengo lagunas de haber estado en la nada, un espacio oscuro del que no fui consciente hasta que me hice consciente.
Mi gran cargo de conciencia
Le «debía» la vida a alguien y no sabía a quién…
Aquel momento consciente sucedió cuando mis ojos se abrieron y me vi en brazos de un hombre que me llevaba hasta la orilla, donde me quedé observando con mirada perdida, como reanimaban a mi madre que se encontraba en parada cardiorrespiratoria.
En el hospital, no podían dar crédito cómo era posible que mis pulmones no se hubieran llenado de agua y que, sin embargo, mi madre casi muriera por toda la que ella tragó en su intento de socorrerme. De hecho, tan sólo le fue de un centímetro más para no poder contarlo. Y esto no acaba aquí… No sólo ocurrió lo que os acabo de contar, también hubieron daños colaterales en consecuencia a lo que pasó.
Mi tía, que nos acompañaba aquel día, sufrió de una hipertensión intraocular que la dejó con ceguera permanente en ambos ojos tras el shock del momento. Y por si fuera poco, en el hospital me enteré que, un miembro de una pareja que también se lanzó a salvarme, falleció ahogado por la misma corriente.
¿Puedes imaginar qué creencias pueden generarse a partir de todo esto? Sigue leyendo, que estoy seguro que te interesará saberlo.
La Noche Oscura del Alma
Esta experiencia tuvo un efecto destructivo y silencioso en mí, del cuál no tomé conciencia hasta mis 33 años.
En mis 27 vivía cabreado con el mundo, que para mí, estaba lleno de injusticias y corrupciones. Sentía además la necesidad de hacer ver a la gente que el sistema trataba de controlar a la población para manejarnos a su antojo.
Para que me entendáis, me volví un conspiranoico extremista que, en el intento de ser un superhéroe, lo único que conseguía era frustrarme e intoxicarme de emociones como la ira y la rabia que me alejaban de la vida real, entendiéndola cómo aquello que de verdad estaba pasando alrededor de mí en aquel entonces (había roto con mi relación de pareja de 6 años, dejé el trabajo y tuve una muy mala noticia sobre mi salud).
Vivía encerrado en mi habitación, sin apenas salir con mis amistades y trabajando lo mínimo para no alimentar a ese sistema que tanto me cabreaba…
La monotonía y el aislamiento se habían convertido en mi zona de confort, hasta que llegó el día que comprendí que debía hacer algo para salir de ese bucle que solo me hacía sentir como estaba desperdiciando mi vida.


Buscando ayuda....
Había probado con algún que otro terapeuta holístico, pero no me sentía cómodo, ni tan siquiera me ofrecían lo que aún no sabía que necesitaba. Una amiga me habló acerca de una terapia la cual jamás había oído hablar. Necesité sólo una sesión con Jose para saber que la solución a mis problemas era la kinesiología emocional.
Gracias a ello, pude entender qué me estaba pasando. Estaba enfadado con la vida, me cabreaba pensar que la persona que dio su vida lo hiciera para que yo la desaprovechara de la manera en la que lo estaba haciendo.
Sentía culpa por haber dejado ciega a mi tía, por casi perder a mi madre, por la muerte de ese hombre. Sentía que no merecía estar vivo y tener la vida que tenía, había gente que lo merecía mucho más que yo. Hiciera lo que hiciera nada tenía importancia ni valor para mí.
Había estado viviendo toda mi vida sin ser consciente de todo esto. No le daba importancia a aquella situación y cuando lo contaba, era de manera anecdótica.
Kinesiología Emocional
La Terapia Holística que me salvó la vida
La kinesiología emocional me desprogramó de todos esos pensamientos que mi subconsciente guardaba y que me llevaban al camino de la destrucción mediante una depresión profunda y enmascarada. Y he aquí, que, tras esta sanación tan profunda, decidí formarme como terapeuta holístico para poder ayudar a personas que quieran encontrar ese salvavidas que les devuelva el propósito de su existencia.

Carlos Cazorla
Terapeuta Holístico
Todos estamos hechos de creencias que no solo nos limitan nuestro día a día, también gobiernan nuestros actos y pensamientos.
Mi autoestima estuvo a ras del suelo por mucho tiempo debido a las creencias que te he descubierto en este espacio, y lo confieso, no fueron las únicas, he vivido muchas más situaciones que generaron nuevos patrones y creencias que, de otro modo, también afectaban en mi forma de vivir.
La kinesiología emocional no sólo es un camino para la liberación de tu sufrimiento, es el camino para despertar a tu verdadero SER.
Formación:
Kinesiología Unificada en IEKU (Instituto Europeo de Kinesiología Unificada)
Kinesiología Transgeneracional en IEKU (Instituto Europeo de Kinesiología Unificada).

Llegados hasta aquí, te animo a que pruebes por ti misma la efectividad de la Kinesiología Emocional, la terapia holística que te cambiará la vida…
¡¡Porque tu prioridad eres tú!!